Un nuevo fotógrafo definido
La D810 pasa la prueba de fuego
Como gerente de relaciones de fotógrafos profesionales y mercadotecnia de productos para los Servicios profesionales de Nikon, no existen dudas de que cuento con ventajas cuando se trata de información preliminar y acceso a los nuevos equipos Nikon. Pero como persona que adora tomar fotografías (y, algunos podrán decir, que vive para hacerlo), soy como cualquier otro fotógrafo cuando se trata de utilizar el equipo. La información preliminar está muy bien y quizá sea un requisito del trabajo, pero como cualquier fotógrafo lo que realmente me importa es la manera en que funcionará el equipo fuera de la caja y en mis manos en el campo.
La primera vez que supe sobre la nueva D810, hice una lista mental de grandes expectativas en función de las especificaciones y funciones de la cámara: velocidad mejorada del enfoque automático gracias a la nueva opción de puntos de enfoque; un obturador más silencioso; menor vibración; mayor velocidad de encuadre en resolución completa; una serie de mejoras en la captura de videos y, debido a que la D810 no cuenta con filtro anti-aliasing, calidad de imagen mejorada. Además de la capacidad de recepción con poca luz de la D800, y la D810 incorporada a la cámara que debe ser ideal para mí. Tomo fotografías de todo, pero mis especialidades son el Rock & Roll, los deportes y la vida silvestre. ¿Menor vibración? ¿Mayor velocidad de encuadre y AF? ¿Imágenes de alta calidad? Anóteme.
Allí me encontraba el primer día tomando fotografías con la D810 en el zoológico del Bronx, temprano a la mañana, en posición y esperando a que las crías de león marino de California aparecieran con sus bigotes. Me encuentro a una distancia bastante buena, trabajo con un monópodo con un lente 500mm (elAF-S NIKKOR 500mm f/4G ED VR) y un teleconversor 2X (el TC-20E III), con una actitud bastante buena: “bien, D810, muéstrame algo”.
Y lo hizo. Algo asombroso; algo que jamás antes había visto.
Una de las crías salió de su guarida rocosa, seguida rápidamente por su mamá. Se acercaron nariz con nariz y hago una toma de cinco cuadros por segundo. Luego reviso la pantalla LCD para ver lo que obtuve y, como configuré el botón multiselector en todas mis DSLR de Nikon para que muestren imágenes ampliadas en 1:1, tamaño natural, observo una enorme ampliación. Muevo la imagen a un área del cuadro que necesitaba que fuese súper nítida: los bigotes de la mamá. Son tan definidos que casi no puedo creerlo. Primero digo, "Vean lo que acaba de hacer esta cámara".” Luego digo, "Vean lo que acabo de hacer con esta cámara".” Entonces estoy pensando en la confianza que puede generar esta cámara y el tipo de imágenes ricas en detalles que puede ofrecer. No niego que existe una gran satisfacción en pensar lo que puedo hacer ahora.
Debo admitir que no todos los fotógrafos estarían tan emocionados sobre este ejemplo de increíble nitidez como yo lo estuve, pero para mí la nitidez es la prueba de fuego. Si el área clave de la fotografía no es sumamente definida, la elimino; no alcanza con estar "cerca". La nitidez confirma que tengo la toma y que puedo continuar con la siguiente configuración, la siguiente escena... o tan solo el siguiente momento.
Básicamente, esa única imagen de mi toma en el zoológico fue un indicador de lo que pueden hacer por mí la D810 de 36 megapíxeles y su increíble sensor.














